brancho :
recuerdo haberlos tenido en la infancia o adolescencia, especialmente en cuadros febriles nocturnos, en donde no hay nada, solo un vacío acompañado de un ruido blanco de fondo, y figuras geométricas o sólidos platónicos o cónicos infinitamente masivos y sin comienzo o fin, que se alejan, se acercan, se mueven o se establecen en un punto de la existencia abstracta en la que viven y en la que parece que la persona hace parte siempre desde el inicio de los tiempos y hasta el final, en donde te sientes imposiblemente pequeño y solo, con estructuras al azar, enredadas entre sí y luego alejándose para siempre, una y otra vez sin parar, en un ciclo sin fin e igual de desesperante y aterrador cada vez, hasta que sin avisar, empiezas a abrir los ojos y a tomar control de tu cuerpo desde lo más distal hacia lo proximal, despertando, escapando de esa dimensión de locura y silencio, sudando frío, asustado, y confundido…
2025-07-27 03:45:45