Juan Camilo Borja De :
La teoría del valor trabajo, propuesta por Marx y otros economistas clásicos, sostiene que el valor de un bien se determina por la cantidad de trabajo necesario para producirlo. Suena bonito en el papel, pero en la práctica no se sostiene frente a la realidad de los mercados modernos.
Primero, no explica por qué dos productos que requieren el mismo esfuerzo tienen valores distintos. Por ejemplo, puedes pasar horas tallando una piedra sin valor comercial, y no por eso va a valer lo mismo que una obra de arte reconocida, aunque haya tomado el mismo tiempo.
Segundo, ignora completamente la preferencia subjetiva del consumidor. Un producto vale más o menos según cuánto lo desea la gente, no según cuántas horas tomó hacerlo. Por eso la teoría del valor subjetivo, respaldada por la escuela austríaca de economía, tiene mucho más sentido hoy: el valor está en la utilidad percibida, no en el esfuerzo.
Tercero, si el valor dependiera únicamente del trabajo, la innovación y el capital quedarían invisibilizados, como si una empresa que automatiza procesos y reduce tiempos de producción destruyera valor, cuando en realidad está creando riqueza.
La verdad es que el valor no está en el sudor, sino en la mente del consumidor. La teoría del valor trabajo es una reliquia del siglo XIX que no aplica en una economía global basada en innovación, demanda y eficiencia.
2025-07-26 23:44:55