ttemutastico :
Con el alma hecha trizas y una angustia que pesaba más que el mundo entero, abracé a mi amado gato, Dende. Su pequeño cuerpo tibio temblaba suavemente contra mi pecho, como si presintiera el abismo que se abría dentro de mí. Mis manos, temblorosas, se aferraron a su pelaje como quien se aferra a los últimos restos de esperanza.
El silencio de la habitación era insoportable, solo roto por el leve ronroneo de Dende, ajeno aún a la verdad que estaba por revelarle. Las lágrimas caían sin permiso, empapando su lomo, y mi garganta se cerraba con un dolor tan denso que me costaba respirar. Finalmente, con la voz quebrada, rota, como un cristal hecho añicos, logré decirlo…
—Dende… ya no hay buenos juegos en la Playstore.
Él me miró con esos ojos grandes e inocentes, como si no pudiera comprender por qué el mundo había dejado de tener sentido.
Y en ese instante… sentí que no solo había perdido el interés en jugar…
2025-07-29 05:27:44