@user4h86bitdoe:

اميره G 💖 A
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Wednesday 24 September 2025 15:53:27 GMT
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user5904254151011
عصام هجرو هجرو :
💙💙💙انتي 💙💙💙سلطانة💜💜💜وليس 🥰🥰🥰اميرة
2025-09-24 16:02:02
2
user584620174212
فنون الحب 🇾🇪🇾🇪🇾🇪🇾🇪 :
هلأ وغلا بل قمر 🥀 ⚘
2025-09-24 16:14:56
1
user1352312749767
من :
اه اه
2025-10-02 20:39:17
0
user5333848259369
العاشق التصميم :
منور يا قلبي
2025-09-26 11:04:10
1
user8742333631915
هاني إبراهيم العمري :
نهم والله منور يا غالي
2025-09-24 17:35:05
1
user49785918527394
سالم عيون :
هلأ وغلاء بالقمر
2025-09-24 18:33:19
1
user86962077724788
ابو عباس مشرح :
💔💔💋💋💋💚💚💚💚💙💙💙💙💙💝💝🌹🌹🌹🌹🌹 منوره
2025-09-26 17:04:40
0
user601682666
خالد ،المسحراتي :
قمر قمر. قمر
2025-09-26 10:58:43
1
trooq0577
ط :
البي 🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺🥺
2025-09-24 18:25:24
1
user397746316110
ابو عابد السريع :
هلاء
2025-09-24 16:41:09
1
wlf_7i
زلزال المشاعر :
😘😘❤️💐😘❤️💐😘❤️💐
2025-09-24 16:05:38
2
user7360637006115
فهد ابراهيم زياد :
🥰🥰🥰
2025-09-26 15:59:44
1
user29329615570423
المهلهل :
💔💔💔
2025-09-26 12:46:40
1
zaeadaldar
zaeadaldar :
🥰
2025-09-26 06:04:55
1
user3207871480861
احمد حسين القاضي :
♥♥♥♥♥
2025-09-25 11:27:37
1
user36615298068632
ابوعناد اليوسفي :
2025-09-24 20:41:57
1
al965858597
2152417189954العوض من الله :
2025-09-24 20:13:46
1
al965858597
2152417189954العوض من الله :
😂
2025-09-24 20:13:45
1
dy163xfokfz2
عابر سبيل. o 606🚶‍♂️ :
🥰🥰✌
2025-09-24 18:54:13
1
user1082174462730
ابو هيام البسيمي :
♥🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰
2025-09-24 18:33:09
1
flz395
ابو تيم :
🤣🤣🤣🤣
2025-09-24 17:21:21
1
user9460312943245
ابو العمدة :
🥰🥰🥰🥰
2025-09-24 17:17:22
1
7_mmy
ابو مهدي :
🥰🥰🥰🥰🥰
2025-09-24 16:13:21
1
user7819021618005
نورالدين المربشي :
🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰
2025-09-24 16:11:59
1
user527815290197
السلام عليكم :
🥰🥰🥰
2025-09-24 16:08:40
1
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La Sabiduría de Soltar: El Límite Sagrado del Libre Albedrío En el corazón de la condición humana yace una paradoja dolorosa: el deseo innato de aliviar el sufrimiento ajeno frente a la realidad inamovible de que no podemos salvar a nadie de sí mismo. Extender la mano a alguien que se hunde, solo para que la rechace, es una de las experiencias más frustrantes y desgarradoras que podemos enfrentar. Es un eco del alma que nos enseña sobre los límites de nuestro amor, la soberanía del individuo y la profunda sabiduría que reside en el acto de soltar. Querer ayudar es un impulso noble, una manifestación de empatía y compasión. Vemos a un ser querido atrapado en un ciclo de autodestrucción, ya sea por adicción, depresión, negación o simplemente por decisiones que lo dañan. Nuestra primera reacción es intervenir: ofrecer consejos, buscar recursos, crear un plan de rescate. Nos convertimos en faros en su tormenta, convencidos de que nuestra luz es suficiente para guiarlos a un puerto seguro. Pero, ¿qué sucede cuando la persona insiste en navegar hacia las rocas, con los ojos cerrados al faro que tan desesperadamente le ofrecemos? La verdad fundamental es que la ayuda no es una imposición, sino un contrato voluntario. Para que sea efectiva, debe haber una receptividad, una semilla de deseo de cambio en el otro. Sin esa apertura, nuestros mejores esfuerzos se convierten en un eco en una habitación vacía. Es como dar un mapa a quien no quiere viajar o entregar una llave a quien no reconoce estar en una prisión. La ayuda no solicitada o rechazada a menudo se percibe como juicio, control o agresión, generando un muro aún más alto de resistencia. La persona que no quiere ser ayudada no está viendo una mano amiga; está viendo una amenaza a su autonomía, por caótica que esta sea. Este rechazo nos confronta con nuestra propia impotencia, y eso nos duele. Nos obliga a cuestionar la eficacia de nuestro amor y nuestro esfuerzo.
La Sabiduría de Soltar: El Límite Sagrado del Libre Albedrío En el corazón de la condición humana yace una paradoja dolorosa: el deseo innato de aliviar el sufrimiento ajeno frente a la realidad inamovible de que no podemos salvar a nadie de sí mismo. Extender la mano a alguien que se hunde, solo para que la rechace, es una de las experiencias más frustrantes y desgarradoras que podemos enfrentar. Es un eco del alma que nos enseña sobre los límites de nuestro amor, la soberanía del individuo y la profunda sabiduría que reside en el acto de soltar. Querer ayudar es un impulso noble, una manifestación de empatía y compasión. Vemos a un ser querido atrapado en un ciclo de autodestrucción, ya sea por adicción, depresión, negación o simplemente por decisiones que lo dañan. Nuestra primera reacción es intervenir: ofrecer consejos, buscar recursos, crear un plan de rescate. Nos convertimos en faros en su tormenta, convencidos de que nuestra luz es suficiente para guiarlos a un puerto seguro. Pero, ¿qué sucede cuando la persona insiste en navegar hacia las rocas, con los ojos cerrados al faro que tan desesperadamente le ofrecemos? La verdad fundamental es que la ayuda no es una imposición, sino un contrato voluntario. Para que sea efectiva, debe haber una receptividad, una semilla de deseo de cambio en el otro. Sin esa apertura, nuestros mejores esfuerzos se convierten en un eco en una habitación vacía. Es como dar un mapa a quien no quiere viajar o entregar una llave a quien no reconoce estar en una prisión. La ayuda no solicitada o rechazada a menudo se percibe como juicio, control o agresión, generando un muro aún más alto de resistencia. La persona que no quiere ser ayudada no está viendo una mano amiga; está viendo una amenaza a su autonomía, por caótica que esta sea. Este rechazo nos confronta con nuestra propia impotencia, y eso nos duele. Nos obliga a cuestionar la eficacia de nuestro amor y nuestro esfuerzo. "¿No estoy haciendo lo suficiente?", "¿No me importa lo suficiente?". Pero el verdadero aprendizaje aquí no reside en la autocrítica, sino en el respeto profundo por el libre albedrío del otro. Cada individuo es el soberano de su propia vida, con el derecho inalienable a tomar sus propias decisiones, incluso si estas nos parecen equivocadas o destructivas. Negarles ese derecho, aunque sea con la mejor de las intenciones, es negarles su humanidad. Entonces, ¿qué nos queda? Nos queda el arte de "estar" sin "intervenir". Significa transformar nuestro rol de "salvador" a "testigo compasivo". Es plantar un jardín de apoyo y dejar la puerta abierta, en lugar de intentar arrastrar a la persona hacia él. Es decir: "Te veo, te escucho y te quiero. No puedo caminar tu camino por ti, ni puedo obligarte a buscar una senda diferente, pero estaré aquí, en la orilla, si alguna vez decides que quieres aprender a nadar. Mi amor por ti no depende de que aceptes mi ayuda". Este acto de soltar el control es, en última instancia, un acto de fe. Fe en la capacidad de la persona para encontrar su propio camino, en su propio tiempo. También es un acto crucial de autocuidado. Invertir toda nuestra energía en una puerta cerrada nos agota, nos consume y nos llena de resentimiento, dejándonos sin fuerzas para nosotros mismos o para aquellos que sí están dispuestos a recibir. Aceptar que no podemos ayudar a quien no se deja es trazar una frontera sana, una que protege nuestra paz interior sin retirar nuestro amor. Al final, la lección es profunda y agridulce: no podemos ser el catalizador del cambio en la vida de otro si esa persona no ha decidido, en lo más íntimo de su ser, que el cambio es necesario. Nuestro amor más grande no se manifiesta forzando una transformación, sino sosteniendo un espacio de aceptación incondicional, esperando con paciencia y esperanza el momento en que decidan, por sí mismos, dar el primer paso hacia su propia luz. #paratii #superacionpersonal #creatorsearchinsights #pazinterior #cambiatuvida

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