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El mundo sigue operando en dólares, no en discursos. Analistas consultados explican que, hoy por hoy, entre 85% y 90% del comercio internacional importaciones, pagos de deuda, grandes transacciones se liquida en dólares, y que para que una moneda como el yuan tenga uso generalizado necesita algo que aún no tiene totalmente: confianza global y respaldo. Bolivia, además, recibe dólares por sus exportaciones de gas, minerales y otros productos, y con esa misma moneda debe pagar sus importaciones. Pretender que, de la noche a la mañana, el país salte a usar yuanes como moneda de referencia comercial es, en palabras suaves, poco realista en el corto plazo.  En ese contexto, el presidente Luis Arce admitió problemas de escasez de dólares en el mercado interno y prometió resolverlos “paulatinamente” con la famosa Ley del Oro, es decir, usando reservas auríferas para conseguir divisas. Paralelamente, planteó al yuan como alternativa, señalando que países vecinos como Argentina y Brasil ya estaban cerrando acuerdos con China para comerciar directamente en moneda china. Sobre el papel suena moderno y multipolar; en la práctica, los analistas recuerdan un detalle: en Bolivia casi no circula yuan, no hay mercado profundo, ni bancos ni empresas tienen esa moneda como referencia cotidiana. Es un puente que aún no existe y al que se quiere subir un camión cargado.  El economista Jaime Dunn remarca que las operaciones pueden hacerse en cualquier moneda siempre que la contraparte la acepte, pero el problema no es teórico, es operativo: el 90% del comercio mundial se hace en dólares y alrededor del 60% de las reservas de los bancos centrales está también en dólares. Cambiar eso no depende de Bolivia, depende del diseño del sistema financiero internacional. Otro analista, Germán Molina, añade que, en el corto plazo, lo que Bolivia necesita no son yuanes sino dólares contantes y sonantes, y que el único país que puede proveerlos masivamente sigue siendo Estados Unidos, nos guste o no. El uso de yuan podría ser viable a mediano o largo plazo, pero no como parche de una crisis cambiaria inmediata. Detrás del debate técnico hay un punto político que a tu audiencia le interesa: los gobiernos pueden anunciar giros geopolíticos, hablar de “desdolarización” y mostrar fotos con Xi Jinping, pero mientras tanto las empresas pagan fletes, insumos y deudas en dólares, y el productor necesita billete verde para importar maquinaria, repuestos o agroquímicos. Pensar que el yuan resolverá una crisis de dólares en cuestión de meses es confundir relato con sistema de pagos. A corto plazo, Bolivia sigue atrapada en la realidad: si no genera más dólares por exportaciones, crédito externo o inversión, puede hablar de yuanes todo lo que quiera, pero la aduana, los bancos corresponsales y el comercio global van a seguir preguntando lo mismo de siempre: “¿cuántos dólares tienes?”. #erickjaimes #rickportaciones #erickenchina #takenos #tarjetafisicatakenos #tarjetatakenos #aceptamostarjeta #comosacardinerocontakenos #comosacardinerofisicocontakenos #takenosencajero #comosacardinerodecajerostakenos #cajerotakenos #yuanesbolivia #comercioyuanesbolivia #rodrigopazyuanes #catacorayuanes #comerciointernacional #comercioconyuanes
El mundo sigue operando en dólares, no en discursos. Analistas consultados explican que, hoy por hoy, entre 85% y 90% del comercio internacional importaciones, pagos de deuda, grandes transacciones se liquida en dólares, y que para que una moneda como el yuan tenga uso generalizado necesita algo que aún no tiene totalmente: confianza global y respaldo. Bolivia, además, recibe dólares por sus exportaciones de gas, minerales y otros productos, y con esa misma moneda debe pagar sus importaciones. Pretender que, de la noche a la mañana, el país salte a usar yuanes como moneda de referencia comercial es, en palabras suaves, poco realista en el corto plazo. En ese contexto, el presidente Luis Arce admitió problemas de escasez de dólares en el mercado interno y prometió resolverlos “paulatinamente” con la famosa Ley del Oro, es decir, usando reservas auríferas para conseguir divisas. Paralelamente, planteó al yuan como alternativa, señalando que países vecinos como Argentina y Brasil ya estaban cerrando acuerdos con China para comerciar directamente en moneda china. Sobre el papel suena moderno y multipolar; en la práctica, los analistas recuerdan un detalle: en Bolivia casi no circula yuan, no hay mercado profundo, ni bancos ni empresas tienen esa moneda como referencia cotidiana. Es un puente que aún no existe y al que se quiere subir un camión cargado. El economista Jaime Dunn remarca que las operaciones pueden hacerse en cualquier moneda siempre que la contraparte la acepte, pero el problema no es teórico, es operativo: el 90% del comercio mundial se hace en dólares y alrededor del 60% de las reservas de los bancos centrales está también en dólares. Cambiar eso no depende de Bolivia, depende del diseño del sistema financiero internacional. Otro analista, Germán Molina, añade que, en el corto plazo, lo que Bolivia necesita no son yuanes sino dólares contantes y sonantes, y que el único país que puede proveerlos masivamente sigue siendo Estados Unidos, nos guste o no. El uso de yuan podría ser viable a mediano o largo plazo, pero no como parche de una crisis cambiaria inmediata. Detrás del debate técnico hay un punto político que a tu audiencia le interesa: los gobiernos pueden anunciar giros geopolíticos, hablar de “desdolarización” y mostrar fotos con Xi Jinping, pero mientras tanto las empresas pagan fletes, insumos y deudas en dólares, y el productor necesita billete verde para importar maquinaria, repuestos o agroquímicos. Pensar que el yuan resolverá una crisis de dólares en cuestión de meses es confundir relato con sistema de pagos. A corto plazo, Bolivia sigue atrapada en la realidad: si no genera más dólares por exportaciones, crédito externo o inversión, puede hablar de yuanes todo lo que quiera, pero la aduana, los bancos corresponsales y el comercio global van a seguir preguntando lo mismo de siempre: “¿cuántos dólares tienes?”. #erickjaimes #rickportaciones #erickenchina #takenos #tarjetafisicatakenos #tarjetatakenos #aceptamostarjeta #comosacardinerocontakenos #comosacardinerofisicocontakenos #takenosencajero #comosacardinerodecajerostakenos #cajerotakenos #yuanesbolivia #comercioyuanesbolivia #rodrigopazyuanes #catacorayuanes #comerciointernacional #comercioconyuanes

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