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Por qué, mi niño… por qué me hiciste esto. No entiendo en qué momento todo se rompió, si yo te amaba con toda el alma. Te entregué cada parte de mí, incluso cuando la distancia nos robaba los abrazos y los días juntos. Yo seguía ahí, firme, creyendo en ti, apostando por lo nuestro cuando muchos decían que no duraría.
Mi niño, dime… ¿qué me faltó?, ¿qué te disgustó tanto para que buscaras en otra lo que yo te daba con tanto amor? Yo te amaba de verdad, con esa pureza que ya casi no existe. Te cuidaba con el alma, te esperaba con paciencia, te pensaba en silencio.
Y tú… me pagaste con infidelidad, con mentiras que me rompieron el corazón. Yo me quité el chaleco sin importarme que pudieras disparar, me dejé vulnerable porque confiaba en ti, porque creí que no me lastimarías. Pero al final lo hiciste… y dolió más de lo que imaginé.
A veces cierro los ojos y todavía te veo, todavía escucho tu voz, todavía siento el peso de tu ausencia. Y aunque intento convencerme de que debo soltar, mi alma sigue temblando cuando pienso en todo lo que fuimos.
No sé si algún día entiendas cuánto te amé, cuánto dolió ver cómo todo se desmoronaba mientras yo seguía ahí, intentando sostener lo que tú ya habías soltado. Mi niño… yo sí te amaba. Y ese es el dolor más grande: haber amado con todo, y quedarme sin nada 🤎
2025-11-04 02:12:24