okidiaz_ :
La presentación me resulta tendenciosa, me parece que plantea una defensa simplificada del caso y desplaza el foco del verdadero debate. En el ámbito actoral, se denomina intrusismo no necesariamente a quien debuta o carece de formación reglada, sino a quien accede a un papel sin que la motivación principal sea su competencia interpretativa. En ocasiones, la elección de ciertos perfiles obedece más a criterios publicitarios o mediáticos, visibilidad, número de seguidores, impacto comercial, que a la idoneidad artística o expresiva.
Esto no implica que la persona en cuestión sea un mal actor; podría ser incluso excelente. Sin embargo, cuando su contratación responde predominantemente al rendimiento en redes y no a la calidad del casting o a la coherencia con el personaje, se genera un desplazamiento del mérito profesional, y ahí es donde se abre la discusión sobre el intrusismo.
Por tanto, la falacia del hombre de paja, “entonces todo debutante es intruso”, desvirtúa el argumento. El problema no radica en ser nuevo, sino en el motivo que sustenta la selección. Naturalmente, la frontera entre promoción legítima y explotación de imagen es difusa y admite debate. Hay quienes sostienen, con razón argumentativa, que la experiencia o los estudios son requisitos indispensables; otros defienden una concepción más abierta del talento. Pero simplificar el asunto a “quien nunca actuó antes es un intruso” ignora el núcleo ético y profesional del término.
2025-10-20 19:52:07