Adalwolf 🐺 :
La fría quietud de la habitación se rompió cuando, sin llamar, ella tomó asiento. La Muerte, envuelta en un velo de sombras, se inclinó ligeramente. "Termina lo que estás haciendo, es momento de irnos", susurró con voz tan antigua como el tiempo.
El joven, la miró. Una sonrisa tranquila y perfectamente ensayada curvó sus labios; la misma que había usado durante años para ocultar el peso de un mundo que se le había antojado una carga. Sus ojos, sin embargo, brillaban con el cansancio de quien ha librado una batalla constante, día tras día. Él no temía a su compañera; de hecho, la había estado esperando, luchando solo el tiempo suficiente para demostrar su fortaleza, no su felicidad.
Apagó el pequeño aparato que tenía en la mano, un último gesto banal. "Mi respuesta, querida Muerte," dijo con una voz clara y sin rastro de alivio, solo de aceptación, "es que hace mucho tiempo que terminé todo lo que importaba. Vayámonos ya."
Se levantó, y al dar el primer paso hacia la eternidad, el peso pareció desaparecer. La Muerte lo vio no como el hombre fuerte y sonriente que acababa de aceptar su destino, sino como un niño pequeño, libre al fin, que simplemente caminaba a casa.
2025-11-23 15:32:16